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En lista de espera: la falta de fonoaudiólogos en Alberti
Las mañanas otoñales son frías en Alberti. Cuesta levantarse temprano y la cama invita a quedarse un ratito más. Pero la alarma suena. Ludmila Líbano se despierta, mira la hora y se da cuenta que es martes. Hoy tiene que llevar a Ramiro, su hijo de cuatro años, al fonoaudiólogo.
No fue fácil empezar su tratamiento. La falta de profesionales y turnos en Alberti la llevó a estar casi 10 meses en lista de espera. Al no tener respuesta, se vio en la obligación de recurrir a otros consultorios de la zona. De nuevo, ocho meses en lista de espera. Finalmente, pudo conseguir atención en Chivilcoy, una localidad a 40 km de distancia de su ciudad, lo que supone una hora de viaje ida y vuelta. Allí acude todas las semanas en auto, e incluso lleva juguetes para entretener a Ramiro durante el trayecto.
Sin embargo, esto no significa que tenga menos dificultades. "Rami hace poco tuvo control y nos dijeron que una sesión de 40 minutos a la semana es poco. Así que volvemos a comenzar con la búsqueda", comentó Ludmila con cansancio.
Este es uno de los casos que enfrentan numerosas familias de Alberti ante la escasez de fonoaudiólogos y la consecuente falta de turnos disponibles. Los pacientes permanecen en interminables listas de espera y otros se ven forzados a trasladarse a otros lugares para ser atendidos. Esto supone un sacrificio adicional que implica tiempo, dinero y enormes esfuerzos. A su vez, hay casos que requieren un mayor tiempo de terapia y no solo unas sesiones, lo que provoca que sea más limitado y complicado el acceso a atención fonoaudiológica. Mientras tanto, las habilidades comunicativas de los más pequeños se ven comprometidas.
Este es el panorama que se ha presentado en los últimos años. Lo que ocurre en esta ciudad de 13.000 habitantes es un reflejo de la situación en toda Argentina. En respuesta a esto, en abril de 2020, el gobierno argentino declaró a la fonoaudiología como una carrera de interés público, incluyéndola en el artículo 43 de la Ley 24.521 de Educación Superior. Esta decisión marcó la importancia de la profesión para la sociedad y el bienestar de las personas, lo que conlleva un control más directo sobre los planes de estudio universitarios y los criterios de intensidad de la formación práctica. Meses más tarde, en octubre de ese año, se aprobó la Ley 27.568 de Ejercicio Profesional de la Fonoaudiología. Según el Ministerio de Salud, la norma constituyó un avance significativo en el ordenamiento y la regulación del oficio a nivel nacional.
Pese a esto, las cifras parecen indicar otra realidad. Según el Informe de la Federación Argentina de Fonoaudiólogos de 2023, se estima que debería haber un profesional cada 2.000 habitantes. Sin embargo, pocas provincias logran acercarse a esta proporción. Buenos Aires se encuentra entre las mejor posicionadas, con un fonoaudiólogo cada 3.881 habitantes, mientras que Corrientes está muy lejos de esa meta, contando con apenas un fonoaudiólogo cada 21.733 habitantes.
En Alberti hay actualmente cuatro licenciadas que cubren el área fonoaudiológica de la ciudad. Entre ellas se encuentra Karina Cornaggia, quien atiende a 40 pacientes y tiene otros 23 en lista de espera. Cornaggia afirmó que existe un desconocimiento generalizado sobre su labor, y muchos padres no comprenden que los tratamientos suelen ser paulatinos. "El vínculo con el chico puede tardar tiempo. Además, en la primera sesión el niño no va a salir curado", explicó.
También señaló que, al ser la fonoaudiología una profesión mal remunerada, los profesionales optan por trabajar de manera particular -como es su caso- o cobrar un excedente en el caso de atención por obra social. Esto resulta en que muchos pacientes no puedan pagar las sesiones y decidan abandonar el tratamiento. Asimismo, mencionó la falta de promoción de la carrera como una de las principales razones de la escasez de fonoaudiólogos.
Bajo esta problemática, en 2022 comenzó la difusión de +Fonos+Salud, una campaña que reúne a varias instituciones de fonoaudiología del país con el objetivo de promover la carrera y aumentar el número de egresados. Verónica Maggio, fonoaudióloga e investigadora reconocida, habló sobre los resultados positivos al respecto. "La cantidad de alumnos en las universidades mejoró. En la Universidad del Museo Social Argentino, de tener para el ingreso 30 alumnos pasó a tener 70/80". No obstante, ella expresó que la campaña no tuvo tanta repercusión en medios porque no contaron con ayuda del Estado. Junto a esto agregó que "los resultados son progresivos y que el impacto de la campaña se observará mejor en 2028, cuando los alumnos terminen la carrera".
En los últimos años se ha notado un aumento de casos de niños que necesitan asistencia fonoaudiológica. El médico pediatra, Marcelo Sarco, manifestó que "cada vez son más los casos que tenemos de trastornos del lenguaje y con dificultades de la comunicación".
Normalmente se detectan en preescolar y se sugiere una consulta profesional, pero cuando el paciente por fin logra conseguir turno, se encuentra en el inicio de la escuela primaria. De esta manera, se ralentizan los tratamientos y a veces eso resulta en peores consecuencias. Como explica Maggio: "si un paciente no consigue atención, esa dificultad comienza a afectar otros dominios de su vida, y eso deriva en problemas de aprendizaje, problemas sociales e incluso problemas de conducta".
Elisangela Salazar es una de las maestras de la Escuela Primaria Nº 1 "Adriana Villa". Este año enseña en primer grado en una sala de 24 estudiantes donde la mitad de ellos tiene dificultades fonoaudiológicas. "Por suerte todos están recibiendo atención, aunque esto no ocurre siempre. Hay familias que no pueden costear las sesiones y uno quiere ayudar, pero a veces no tenemos las herramientas necesarias".
Esta situación se repite en otros institutos, como en el Jardín 905 "Rosario Vera Peñalosa". En él, Karina Cornaggia se desempeña como Orientadora Fonoaudiológica, un cargo provincial cuya principal tarea es realizar evaluaciones fonoaudiológicas a los alumnos; en caso de detectar posibles trastornos de la comunicación y el lenguaje, se sugiere a las familias una consulta profesional. Durante los meses de marzo a mayo hizo las evaluaciones correspondientes, y de un total de 59 alumnos -de las salitas de 3, 4 y 5 años- hay 12 niños que necesitan contar con una fonoaudióloga. Sin embargo, son solo 2 quienes reciben tratamiento. Es decir, que más del 80% no puede acceder a una consulta.
Por otro lado, dos profesionales del área de educación brindaron información sobre sus lugares de trabajo. La directora del Jardín 904 "Remedios de Escalada", Julieta Longo, explicó que de 44 alumnos hay 10 que cuentan con dificultades, y dos de ellos no concurren a especialistas. Mientras que Rocío Castañares, maestra de sala de 5 del Jardín 901 "Dr. Elvio Toccalino", contó que este año tiene 22 estudiantes, de los cuales 6 necesitan ayuda fonoaudiológica y no consiguen turno.
Teniendo en cuenta los datos anteriores, se calcula un total de 28 chicos, de 3 a 5 años de edad, que tienen dificultades del lenguaje y la comunicación. Solamente 10 de ellos (36%) son atendidos, y el resto (64%) se encuentra en lista de espera.
La escasez de fonoaudiólogos es una problemática que afecta a gran parte de Argentina. A pesar de los esfuerzos gubernamentales por reconocer la importancia de la profesión y regular su ejercicio, la realidad en el terreno sigue siendo preocupante.
Más del 60% de los niños que necesitan atención fonoaudiológica en Alberti no pueden acceder a ella. Esta situación no solo afecta su presente, sino que también pueden tener consecuencias a largo plazo en su educación, socialización y desarrollo personal.
Si bien iniciativas como la campaña "+Fonos+Salud" buscan incrementar la cantidad de profesionales en el área, los resultados tardarán años en verse reflejados. Mientras tanto, las largas listas de espera, la necesidad de viajar a otras localidades para recibir atención, y la imposibilidad de muchas familias de costear los tratamientos, están comprometiendo el desarrollo y bienestar de los pacientes.
Por Manuela Sarco & Camila Casset